El cura del pueblo se queja sumamente enojado al rabino:
- Alguno de tus feligreses me ha robado la bicicleta. Rabino
- ¿Y por qué crees que ha sido alguno de mis feligreses?
- ¿Que católico le va a robar la bicicleta al cura?
- No sé. Mira, Vamos a hacer lo siguiente, yo el Sábado y tu el Domingo, cuando demos el sermón, lo haremos sobre los diez mandamientos. Seguro que cuando hablemos sobre el "No robarás" el que lo haya hecho se arrepentirá y te devolverá la bicicleta.
Así que quedan de acuerdo en hacer lo ante dicho y reencontrarse el lunes.
- Qué, ¿hiciste lo que pactamos?, dice el rabino.
- Sí, fue una gran idea. Rabino
- ¿Y te devolvieron la bicicleta?
- No, qué va... pero la he recuperado de todas formas, lo que paso es que cuando llegue al "no fornicarás" me acordé de donde estaba la bicicleta.